POEMAS

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Hans Pizarro

“La Cañada sin Vida”


   “La Cañada sin Vida”       

Cierto día, cuando en las praderas de una hermosa cañada; donde las aves cantaban libremente con tal suavidad y ternura.

Mientras que debajo de las aguas cristalinas de aquella posada, se paseaba una atractiva Palometa muy cavilosa, en la que quizás era el señero de su especie; mientas seguía pensativa el sol rayaba sobre ella, el cielo estaba despejado, los bosques tomaban vida, la quebrada aun mas hermosa. La tierna Palometa se vio rodeada de miles de peses de diferentes especies  que le daban la gran bienvenida, ella feliz de haber encontrado muchos amigos, se quedó en el estanque para convivir con ellos, sus nuevos amigos.


Rana arborea endémica
 El atardecer ya llegaba, el sol se ocultaba tiznando el cielo de hermosos colores; las Ranas (batracios) cantaban melodías sublimes al borde de la inimaginable quebrada, mientras que los bosques retomaban su encanto. La noche era oscura, tenebrosa y cruel. Se oían los aullidos de los lobos salvajes, los rugidos de un feroz Tigre.

Al amanecer, la palometa solía pasearse al borde de la posada haciendo piruetas indescriptibles de felicidad. El 5to día de la llegada a su hermosa posada  escucho un horrible sonido; mientras que en la superficie el sonido de un bote Pescador; Se veía venir justo donde se encontraban, empezaron a soltar sus redes sobre el admirable arroyo, sus cientos de amigos atrapadas en aquellas redes, pero no fue todo. Empezaron a arrojar Veneno, en toda la quebrada, y al momento empezaron a morir los peses grandes y pequeños y la hermosa palometa entre ellos.

Paso dos días de lo sucedido, no había un solo pez vivo; pero lo mas triste fue cuando los animales del bosque bebieron esas aguas; también tuvieron ese cruel destino. Amaneció, y la cañada estaba sin vida; los bosque nunca se desencantaron, el agua oscura, inhabitable y hasta hoy no hay un pez ni animal con vida allí. (…) 

fin


La Hermosa Quebrada